Disney y Mediapro: dudas sobre el negocio de las transmisiones deportivas

Tras haber fijado un conjunto de condicionamientos, el Gobierno aprobó la propuesta de desinversión hecha por la empresa Disney para poder fusionarse con Fox. En el proceso, el gigante de los entretenimientos de origen estadounidense acordó traspasar a un nuevo competidor derechos y contenidos: el Grupo Mediapro. Sin embargo, los problemas de regulación del Estado, los vacíos legales y posibles nexos incompatibles siembran dudas sobre la operación.   

¿Qué le había pedido el Gobierno a Disney? A mediados de enero de 2022, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC), dependiente de la Secretaría de Comercio Interior, había antepuesto condicionamientos a la fusión entre las empresas Disney y Fox debido a la práctica monopólica de mercado que representaba la operación. El Gobierno le había dado un ultimátum de hasta un año y medio para readecuar las señales. Si se hubiera habilitado esa fusión, el nuevo actor se habría quedado con siete de las nueve señales deportivas básicas (las otras dos son TyC Sports y DeporTV).   

El condicionamiento impuesto tenía por objetivo restaurar la efectiva competencia en el mercado de comercialización de señales deportivas básicas. Esto consistía principalmente en transferir a un nuevo competidor todos los derechos de transmisión relacionados a torneos y competencias deportivas de los cuales Fox era licenciante al momento de notificación de la operación. La transferencia de derechos alcanzaba a los denominados “contenidos fundamentales”.    

Los “contenidos fundamentales” a transferir eran: la Copa CONMEBOL Libertadores de América, la UEFA Champions League, la NFL, la MLB, la Formula 1, la UFC, la WWE, la Premier Boxing Champions, la Liga ACB Basketball, la World Rugby Sevens y, la ATP World Tour 250 – ATP Córdoba.  

Finalmente, a mediados de 2022, la Secretaría de Comercio Interior avaló la oferta de Disney, que propuso la venta los canales básicos de TV por cable denominados “Fox Sports”. La totalidad de los derechos fueron traspasados a Mediapro, una compañía multinacional de origen español, con mayoría de capitales chinos. Este grupo es uno de los conglomerados audiovisuales más importantes de Europa, con presencia en todo el mundo a través de 55 centros de producción en 36 países.

Para aprobar esta oferta, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia se encargó de descartar cualquier tipo de vínculo comercial entre Disney y Mediapro. Sin embargo, sobre este punto surgen incompatibilidades que son alertados incluso desde la propia comisión.  

“La Copa y la Champions por Star”: Un negocio extraño

El agujero jurídico que halló Disney para mantener su preponderancia sobre el mercado es la plataforma digital Star Plus. En concreto, el dictamen del organismo que investigó la operación abarca solamente las transmisiones por televisión paga. Así, Disney liberó contenidos en el cable a otro competidor, pero los mantuvo en su plataforma Star Plus, cuyo costo de contratación es más bajo que cualquier abono básico de TV paga. Lo curioso es saber el por qué Mediapro aceptaría que otra empresa transmita los contenidos y pierda exclusividad.

Pero en la práctica todavía no hay plena adecuación. Según pudo saber El Destape, desde Disney afirman que la Copa Libertadores y Champions serán transmitidas al 100% vía Star, mientras que el certamen europeo contará con transmisión al 50% por ESPN y el restante por Fox. En tanto, la Libertadores irá por Fox en el abono básico del cable.

Fuentes de la CNDC le comentaron a este medio que la operación estuvo plagada de presiones. Desde el principio, el presidente de The Walt Disney Company Latin America, Diego Lerner, íntimo amigo de Mauricio Macri, enviaba los equipos técnicos a presionar a los integrantes de la comisión para aprobar el proceso. Finalmente, la disputa parecería haber terminado en la metáfora del vaso medio lleno (o vacío). Solo en Argentina la fusión fue detenida, un logro de la gestiones llevadas a cabo por la comisión.

Aunque Disney tuvo que retroceder, el acuerdo con Mediapro es, de mínima extraño. A pesar de que no hay lazos comerciales formales, el grupo de origen estadounidense encontró un jugador externo al mercado de la Argentina al que le sirve adentrarse a una nueva región. Y a Disney también le sirve instalar aún más la marca Star Plus. Pero detrás de esta operación hay un elemento que empeora aún más el escenario. 

Hace meses que Mediapro debía presentar una grilla y generar contenidos propios, pero recién lo hizo en febrero -luego de presiones por parte del Gobierno- y con un esquema de programación acotada. ¿Realmente Mediapro quiere instalarse en Argentina? Incluso periodistas que forman parte de ESPN también participan en las transmisiones deportivas que emite Fox Sports, un comportamiento que no suele verificarse en el negocio televisivo. 

Todas las faltas detalladas podrían haber sido corregidas por el Gobierno, pero la debilidad política del Frente de Todos impidió ser más vehementes en la negociación y en la Secretaría admiten que el poder de fuego ya es muy bajo para dar la batalla. Ante un eventual cambio de ciclo político, los contenidos “liberados” podrían ser renegociados a cinco años de la publicación del dictamen. Mientras los grandes torneos van por los carriles de la televisión paga y Star Plus, Disney espera paciente para seguir ampliando su poderío en los medios.

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