El costo irrecuperable del Mundial

Entre todas las resistencias que se plantean al Mundial 2022 en Qatar, el trato recibido por los trabajadores migrantes en las obras de infraestructura se transformó en una cuestión de extrema gravedad, por las denuncias de medios internacionales y Organizaciones No Gubernamentales (ONG).

El país organizador de la primera Copa del Mundo en Medio Oriente recibió duras acusaciones por su política de derechos humanos hacia los obreros de la construcción, provenientes en su mayoría de países de Asia Meridional, desde que obtuvo -no excento de polémica- la sede en 2010.

Hace un año, el periódico británico The Guardian publicó un informe que puso el tema en la agenda mundial, tras asegurar que más de 6.500 trabajadores migrantes de India, Pakistán, Nepal, Bangladesh y Sri Lanka murieron en Qatar durante los preparativos para la máxima competencia de la FIFA.

Las estadísticas, elaboradas sobre la base de los informes de las Embajadas de los países involucrados, fueron categóricamente desmentidas por las autoridades del emirato del Golfo, amparadas en un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que recopiló cifras de muerte mucho menores y la presencia dominante de lesiones leves.

“Para dejar las cosas claras: la cifra informada por The Guardian de trabajadores muertos en la construcción de los estadios de la Copa del Mundo de Qatar es incorrecta. Incluso la OIT de las Naciones Unidas ha salido a calificar públicamente esa denuncia como irresponsable”, aseguró a Télam el secretario general del Comité Supremo del Mundial, Hassan Al Thawadi.

El informe “Detrás de la Pasión” de la Fundación para la Democracia Internacional, con sede en Rosario, aseguró que “el número de decesos es significativamente mayor, dado que las estadísticas no incluyen las muertes de países que envían un gran número de trabajadores a Qatar, como por ejemplo las Filipinas y Kenia y tampoco están contabilizados los fallecimientos que ocurrieron desde finales de 2020”.

“Este es el Mundial de la vergüenza y del horror. Existe un concepto sistemático de un Estado que está muy cerca de un crimen de lesa humanidad, porque son más de 7.000 los muertos en la construcción de la infraestructura”, denunció el presidente de la fundación, el argentino Guillermo Whpei, en diálogo con Télam.

El empresario nacido en la provincia de Santa Fe le acercó el documento de la ONG al papa Francisco, en una reunión mantenida en el Vaticano en noviembre de 2017. “Se horrorizó, dijo: ‘yo no puedo creer esto’ y delante de mí, de puño y letra, le envió la carta a (Gianni) Infantino (presidente de la FIFA) para poder hablar de la situación adversa de los migrantes. Infantino nunca respondió a la carta”, contó.

Desde que Qatar obtuvo el derecho de organización de la Copa del Mundo en una votación de la FIFA sospechada de sobornos, el país árabe se embarcó en un faraónico proyecto de inversión de 6.500 millones de dólares para el levantamiento de 7 estadios, la construcción de un nuevo aeropuerto, rutas, hoteles y una moderna red de transporte público compuesta por un metro subterráneo, tranvía y ómnibus.

Sólo las estadísticas computadas por India, Nepal, Bangladesh, Pakistán y Sri Lanka en el período 2011-2020 dan un promedio de 12 trabajadores muertos por semana.

“Lamentablemente hemos sufrido 3 muertes relacionadas con el trabajo y 37 muertes no relacionadas con el trabajo desde que comenzó la construcción de nuestros lugares en 2014. Cada muerte es una tragedia y cada accidente ha sido investigado a fondo por nosotros y entidades independientes en un intento por aprender de cualquier error”, admitió Al Thawadi.

El enorme contraste entre lo expueso por el país organizador y las entidades denunciantes se explica con la diferencia de criterio en el registro de los fallecimientos.

“En los partes médicos, al certificado de defunción le ponen como causa “paro cardíaco”. Y es algo lógico, a todos se nos para el corazón al morir. Ahora me pregunto: ¿por qué razón se le para el corazón a una persona de 23 años?”, planteó Whpei.

The Guardian publicó que Qatar nunca investigó los motivos de los decesos por muerte súbita y en la mayoría de los casos no realizó autopsias, pese a la recomendación del bufete de abogados internacional DLA Piper.

= La polémica por las condiciones de trabajo =

Los reclamos recibidos desde la comunidad internacional generaron una apertura de la legislación laboral qatarí comprobada con la abolición del sistema “kafala” (patrocinio), mediante el cual un trabajador migrante quedaba atado a su empleador para cambiar de empleo o salir del país.

La Ley Nº 21 sancionada en 2015 estableció que los trabajadores se dirijan directamente al gobierno para solicitar un permiso de salida, sin necesidad de acudir al empleador y suprimió el requisito de que los migrantes permanezcan dos años fuera del país para poder obtener un nuevo permiso de residencia.

“Nuestro continuo progreso en el bienestar de los trabajadores ha sido bien recibido por ONG internacionales, incluidas Amnistía Internacional y Human Rights Watch”, certificó el secretario general del Comité Supremo.

“Desde que se otorgó la Copa Mundial a Qatar, el país ha logrado avances significativos en relación con el bienestar de los trabajadores. Las reformas laborales en todo el Estado tienen, y continúan estableciendo, nuevos puntos de referencia en toda la región”, aseguró.

Sin embargo, las denuncias presentadas advierten que los obreros viven en condiciones de hacinamiento, cumplen extensas jornadas de 14 a 18 horas, expuestos a temperaturas que puede alcanzar los 50 grados, sufren impagos o retraso en la percepción de sus salarios y, en algunos casos, están obligados a entregar su pasaporte al contratista.

Además, alertan sobre la existencia de un mercado negro de visas de empleo por el cual un migrante puede llegar a pagar 3.500 euros a un reclutador para cobrar un sueldo mensual de 285 euros, según recabó Fundación para la Democracia Internacional.

Las organizaciones Amnistía Internacional y Human Rights Watch alzaron su voz para exigir la creación de un fondo de compensatorio para las familias de los trabajadores fallecidos.

La semana pasada, la FIFA se interesó por primera vez en esa posibilidad, de acuerdo con las palabras del secretario general adjunto, Alasdair Bell, frente al Consejo de Europa, órgano que vela por la derechos humanos en el continente.

“Es importante intentar ver que cualquiera que haya sufrido una herida debido a su partición en la Copa del Mundo, sea de alguna manera compensado”, declaró.

Mientras las disputas permanecen a un mes de la Copa del Mundo y amenazan con visibilizarse durante su desarrollo, Qatar se muestra orgulloso de sus cambios: “Estamos seguros de que el bienestar de los trabajadores dejará un legado duradero mucho después de que se haya pateado la última pelota en 2022”, concluyó Al Thawadi.

Con información de Télam

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