Jimmy Butler, Michael Jordan y el sueño de una leyenda urbana

La teoría de que Jimmy Butler es hijo de Michael Jordan es descabellada, sin fundamentos serios, pero sin embargo Butler está haciendo todo lo posible para que empecemos a creer, todos juntos, que una leyenda urbana es posible.

“El mundo no es un arco iris de nubes rosas, es un mundo malo y salvaje, y no importa qué tan rudo seas, te pondrá de rodillas y te dejará así permanentemente si lo dejas. Nadie te golpeará tan duro como la vida. Y no importa lo duro que golpees, importa que resistas y sigas avanzando” — Rocky Balboa

Jimmy Butler ahora tiene frío. Es solo un niño. Llueve. Llora porque su madre, la que más lo debía cuidar, no está. No sabe quien es su padre. Está solo en el mundo. Tiene entonces dos caminos: entregarse a lo que la vida lo empuje. O levantarse y pelear. Jimmy, entonces, se pone de pie.

Avanza a los tumbos entre tempestades. De Chicago a Miami con escala en Philadelphia. Un hijo de la calle que busca cariño. Un espacio para ser domesticado. Y entonces, Pat Riley. Erik Spoelstra. Y Miami como despegue hacia la eternidad.

Mayo 2023. Los Celtics tienen un equipo muy superior al del Heat. Tyler Herro está fuera por lesión. Boston debería ganar esta serie, pero está 2-0 abajo. La razón es la disciplina táctica, el esfuerzo, pero también la obstinación de un jugador listo para hacer historia.

Hay algo encendido en sus ojos. Un flashback que nos transporta a otros tiempos. Un cara a cara con Grant Williams que nos devuelve a tiempos olvidados. A épocas felices. Yo alguna vez vi a ese hombre de rojo. Es una locura, no puede ser, pero yo esta película ya la vi. Créanme. Es un deja vu en forma de básquetbol.

En la era del triple, en la firma sin discusión de que el rango ya es muy lejos o muy cerca, Butler quiebra la máxima. No se trata de qué, sino de cómo. La media distancia, el tiro que llevó a Jordan al infinito, se reivindica ahora con Jimmy Buckets. El mundo ha vivido equivocado.

Ahi va Butler con la leyenda urbana a cuestas. Ridícula, absurda, sin sentido. Una utopía. Como alguna vez dijo Eduardo Galeano: “La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar”.

Jimmy Butler, el hombre clutch, el que aparece en los momentos importantes, nos invita a vivir un sueño que no queremos que termine. Los guiones pueden reescribirse. Las historias, si las deseamos fuerte, pueden ser reales. Eso, para mí, son los playoffs. Elijo creer. Y también, por qué no, la vida: una mágica, hermosa, y fantástica aventura que vale la pena transitar.

Allá vamos.

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