La Selección Argentina no necesita mufas y piedras en el camino

Es difícil de entender -aunque yo también caí en esa posición- cómo se le dice a una persona que es “mufa”, que es “piedra”, o que diferentes actos que sucedan fuera de un estadio de fútbol puedan afectar el rendimiento deportivo de mi equipo o de la Selección Argentina. Es totalmente inverosímil que esto ocurra, pero esta cuasi-cuestión de estado se transformó en un hecho social que precede a la existencia de cualquier ser humano que resida en nuestro país.

La realidad es que en un acontecimiento tan importante como lo es un Mundial, y teniendo en cuenta que es un evento meramente deportivo, cuesta asimilar que exista una fuerza sobrenatural que afecte directamente el resultado o la performance de un equipo. Cortemos con las mufas y las piedras. La Selección Argentina no necesita buscar culpables externos que no existen. Lo único que existe es el laburo, la estrategia y un grupo de 26 futbolistas capacitados para revertir la situación.

La derrota de Argentina contra Arabia Saudita se puede explicar desde lo estadístico y desde lo estratégico. Los de Scaloni quedaron 10 veces en offside y eso provocó que tres goles hayan sido anulados. Fue mérito del rival el haber trabajado muy bien la última línea y fue impericia de la delantera “albiceleste” el no haber podido afinar los ataques en cuanto a posicionamiento y dinámica. Y así podríamos seguir, pero no. Nos quedamos con que el “Chapu” Martínez fue a Qatar y esta es una razón suficiente para que hayamos perdido el primer partido.

Se fue todo de las manos: las amenazas no van, no tienen nada que ver con el folclore

Les hago una pregunta: ¿el “Chapu” Martínez va a los Mundiales desde Italia 1990? Habría que recordar que no ganamos uno desde 1986, y aunque yo también en más de una ocasión busqué factores externos ante los resultados negativos, si tan cierto fuese esto de las “mufas”, “piedras” y “cábalas” nosotros ya hubieramos ganado muchas más Copas de las que tenemos.

El folclore del fútbol tiene esos matices, y más allá de que esta nota se publique, nunca se va a terminar el cuento de la mufa. Pero sí hay que poner límites en los modos de expresarlo, todo se tornó tan violento que hasta amenazaron de muerte a un influencer que fue a ganarse el mango en el evento más importante del mundo. Hasta le mandaron un mensaje a su familia. Basta de eso, centrémonos en la pelotita. No necesitamos excusas para encontrar razones. Se necesita trabajo y seguir creyendo en un equipo que nos dio muchas satisfacciones. Con las costumbres de siempre, pero sin dañar la imagen o la moral del otro. Todos juntos.

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