Los cambios de Scaloni: qué pierde Argentina sin Di María

Desde que arrancó el Mundial, la Selección Argentina ha tenido variantes y cambios. Algunos obligados por alguna molestia física y otras atraídas por la idea de Lionel Scaloni de tratar de plantear esquemas distintos para enfrentar a sus rivales. En este caso, ante Australia, la ausencia de Ángel Di María puede ser un factor clave en ataque, pero también en defensa. 

Un dato sobresaliente en esta Copa del Mundo es que Ángel Di María es el segundo jugador con más “gambetas” completadas. Si bien todavía no hizo un gol como en las finales, la posición de “Fideo” es clave. En ataque, claro está, porque es desequilibrante en el uno contra uno y porque tiene una frescura y amague que le dan una oportunidad extra ante los defensores. Sus virtudes como extremo también quedaron reflejadas en el gol de Lionel Messi ante México que, el mismo -gracias a que se conocen muy bien- fue el que apoyó y asistió al capitán que definió cruzado. Sin embargo, también hay un trabajo silencioso que no se ve tanto, pero que es importante: hace la banda. 

Cuando la Selección no tiene la pelota, Di María se desdobla y ayuda a sus laterales, tanto Molina como a Marcos Acuña cuando le toca jugar por el otro sector. El último partido, en uno de esos momentos que tienen los encuentros, el “Huevo” aparecía muy solo para defender y con una superioridad rival que podía llegar a ser complicada si el crack de la Juventus estaba desde el otro lado. Cuando uno tiene que cambiar futbolistas y jugadores también hay que revisar cuáles son las responsabilidades que tiene que tomar otro. 

Esta situación suma a un jugador más que, más allá de su capacidad goleadora, le dio un trabajo defensivo importante a la Selección: es el caso de Julián Álvarez. Por momentos, el delantero del Manchester City se transformó incluso en un extremo, pero en posición defensiva que ayudaba a la presión sobre ese sector dándole una mano al huevo Acuña.  Por eso, de cara al próximo partido, los nombres de Ángel Correa o Papu Gómez como posible reemplazo de Ángel Di María también tienen que sumar aspectos y responsabilidades defensivas que, además, le entregue el físico adecuado para poder hacer toda la banda. 

Otros de los dilemas que, a partir del armado del equipo, se planteó fue la situación que puede ocurrir con los “mediocampistas centrales”. Desde Guido Rodríguez o Enzo Fernández o Leandro Paredes, la posición del “número cinco” marca también que estilo de juego. En los partidos anteriores se notó, por ejemplo, como los interiores de la Selección juegan cómodos con una futbolista que tenga el control. Guido Rodríguez, por sus características, se metía entre los centrales y, por eso, De Paul y Mac Allister tenían que retroceder para tomar la pelota y Lautaro Martínez o Messi quedaban muy lejos y el partido estaban muy largo. Otros le pueden dar más llegada, incluso, Enzo Fernández se paró en una segunda línea y adelantó el equipo para que los interiores puedan jugar y mantener la pelota más liberados. 

Esto -desde ya- es posible porque Argentina está acostumbrado a otro tipo de planteo y no tan defensivo. Sino, todo lo contrario, tener la pelota, pensar y ser paciente para manejar la pelota y tomarse el tiempo indicado.
 

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