Luka Doncic, talento ilimitado

Mira cómo la pelota vuela por el aire. Suspira por el intento de triple fallado y sonríe. Con la poca energía que le queda, levanta los brazos para festejar. Luka Doncic sabe que recién es el inicio de la temporada de la NBA, pero vive y siente el básquetbol de una manera especial.

El astro esloveno de Dallas Mavericks ya había ofrecido una nueva función con lo mejor de su repertorio antes de ese instante en el que Jordan Clarkson podría haber enviado el partido a tiempo suplementario. Por primera vez en la 2022-2023 los Mavs consiguieron dos victorias consecutivas. Y hay una sola explicación para estos triunfos (también para los anteriores): Doncic.

Luka anotó 33 puntos y repartió 11 asistencias en el éxito 103-100 ante Utah Jazz. De esta manera, ingresó a la selecta lista de jugadores que convirtieron 30 o más puntos en cada uno de los primeros 7 partidos de su equipo en una temporada. Doncic comparte esa marca con Wilt Chamberlain, que lo consiguió dos veces (1959-1960 y 1962-1963), y con Jack Twyman (1959-1960). Pasaron 60 años para que un jugador repitiera la proeza. Chamberlain, en aquel 1962, llevó la vara a un lugar prácticamente imposible de alcanzar ya que anotó 30 o más en los primeros 23 partidos de San Francisco Warriors.

La inmensa mayoría de las camisetas que se ven en las gradas del American Airlines Center tienen el número 77. Sí, el que usa Luka. El que los y nos deleita con su ataque. No importa si no es el más rápido físicamente en esta NBA del vértigo porque es mentalmente el más ágil. Luka sabe qué va a hacer y lo ejecuta antes de que los demás se den cuenta. Antes de que nos demos cuenta. Es cierto, hay algunas camisetas con el número 41, el que usaba Dirk Nowitzki. El alemán es uno de los fanáticos que se deleita con la magia de Luka, sentado en primera fila junto al dueño de la franquicia, Mark Cuban.

Ni Nowitzki, el mejor jugador en la historia del equipo, ni nadie había podido convertir 30 o más puntos en 7 partidos seguidos para los Mavericks. Luka, aunque sonríe a menudo, se toma en serio esto de ir a por el trono de Dirk.

Pasa la pelota entre sus piernas, lo vuelve a hacer, da un paso hacia atrás, lanza, le hacen falta y convierte el triple. Comanda el contraataque, amaga a dar el pase y define en bandeja dejando a Lauri Markkanen completamente desorientado. Antes de que llegue la defensa, encuentra a Spencer Dinwiddie solo para el triple. Si se le enciman dos rivales, se desprende de la pelota para que con una rotación rápida le llegue a Reggie Bullock en la esquina y otro triple. Todas acciones deslumbrantes, aunque habituales para Doncic.

Luka registró su cuarto partido de la temporada con al menos 30 puntos y 10 asistencias. En todo el resto de la liga, solo hubo otros cuatro jugadores que lo consiguieron hasta el momento.

¿Más de los magníficos siete primeros partidos de Doncic en esta campaña? Sí, más: promedia 36.1 puntos por partido, lo que lo ubica tercero en el listado de máximos anotadores de los últimos 60 años si consideramos este primer segmento de la temporada. Lo superan Michael Jordan (37.0 en 1986-1987) y James Harden (36.6 en 2019-2020).

Ya está. Terminó. Luka se abraza con los rivales, choca las manos con sus compañeros y se va. Camina lento y pisa firme sobre sus zapatillas rojas. Deja huella. Vuelve a levantar los brazos. Saluda a los fanáticos que lo idolatran. Luka Doncic tiene talento ilimitado. Y lo sabe usar.

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