Radiografía de Arabia Saudita: petrodólares, Ramón Díaz y un plan ambicioso

Mientras Lionel Scaloni termina de afinar los últimos detalles para lo que será el debut de Argentina en el Qatar 2022 ante Arabia Saudita, del otro lado Herve Renard se desvive analizando alternativas. Y es que el entrenador sabe que históricamente es un partido muy complejo para la selección saudí: en sus cinco participaciones previas los halcones verdes han perdido siempre en su debut. El último, una recordada goleada en contra ante Rusia por 5 a 0 que llegó, incluso, a amenazar la continuidad de Juan Antonio Pizzi en plena competencia.

Una de las principales razones para esta preocupación es la falta de competitividad en sus futbolistas. Todos juegan en su liga local. Hay varios motivos por los que esto sucede, pero el principal factor es el económico: los jugadores de la selección saudí ostentan grandísimos contratos en los clubes de su liga y son celebridades en su país. Y eso dificulta su salida al viejo continente. ¿Para qué hacerlo y arriesgarse a no acostumbrarse a una cultura totalmente diferente o no tener los minutos de juego suficiente en algún club menor? Por ese motivo, desde hace ya varios años la federación saudí, y por tanto el Estado, buscan la forma de lograr que finalmente su seleccionado pueda obtener ese salto cualitativo, tratando de buscar formas de llevar a dichos jugadores hacia un fútbol más competitivo que el que ofrece la Saudi Pro League.

Los intentos del gobierno saudí de mejorar su selección tomaron impulso con la llegada de Turki Al-Sheikh al ministerio de deportes en 2017. Quién hoy es el actual dueño del UD Almería y fue clave en la compra del Newcastle United por parte del Fondo Público de Inversión saudí fue por varios años la mano derecha y operador del Príncipe Mohamed bin Salman en todo lo relacionado al fútbol. No sólo tomó las riendas en intentar adquirir equipos en Europa para empezar un camino similar al de la familia real qatarí, también se hizo cargo de toda la gestión de la liga local y de muchos de los clubes de manera indirecta.

Es que dado que el ministerio de deportes saudí financia de varias maneras a los clubes, luego puede tener un control al menos abarcativo sobre las decisiones a grandes rasgos que estos toman. Y esto es algo que se repite no solo en ese país. Un ejemplo con acento argentino: Ramón Díaz, que actualmente dirige al Al-Hilal (el club mas importante del país), llegó al gigante saudí para la temporada 2016/17. Debido a la alta injerencia de Al-Sheikh en dicho club, terminan forjando una muy buena relación. Tras una gran primera temporada donde salió campeón local, renunció tras quedar eliminado en semifinales de la Champions asiática en 2018. Y por consejo del mismo Al-Sheikh termina recalando en el Al-Ittihad, el otro gigante y clásico del Al-Hilal. Tras unos pocos partidos, Ramón Díaz termina renunciando por desavenencias con la institución. Su nueva casa fue el Pyramids FC, de la liga de Egipto.

¿Cómo recaló Ramón Díaz en dicho equipo? El Pyramids es un equipo que compró y creó Turki Al-Sheikh tras un primer intento fallido de intentar adquirir al club mas importante de aquel país y de áfrica, el Al-Ahly. Concluído su ciclo ahí, Ramón Díaz dirigió en el Botafogo para luego volver a Oriente Medio, esta vez al Al-Nassr de Emiratos Árabes. Y cuando fue destituido, con el Al-Hilal pasando un mal momento deportivo y necesitando un técnico, por intermedio de Turki Al-Sheikh Ramón volvió al club, dónde terminó saliendo campeón local nuevamente.

En ese sentido, para el mundial del 2018 y viendo la constante dificultad de tener jugadores saudíes jugando en las ligas europeas, Turki Al-Sheikh firmó un convenio con LaLiga española seis meses antes de la cita en Rusia. Dicho acuerdo implicaba que el estado saudí iba a desembolsarle a LaLiga una cuantiosa suma de dinero (con cifras que variaban entre los cinco y los treinta millones de euros) por, principalmente, tomar a nueve jugadores saudíes a préstamo en distintos clubes de la primera y segunda división española. ¿El objetivo? Que entrenando y jugando en esos clubes los jugadores pudiesen tener el roce competitivo que necesitaban para subir su nivel. El acuerdo fue un rotundo fracaso. Los mejores jugadores, Salem Al-Dawsari, que estuvo en el Villarreal, y Fahad Al-Muwallad, en el Levante, fueron los únicos que apenas jugaron un puñado de minutos. El resto no tuvieron competencia oficial. Dicha falta de minutos fue una de las mas grandes criticas que tuvo Al-Sheikh para con la institución española, a quien le reclamaba incluso públicamente por qué los jugadores saudíes no jugaban a pesar de la onerosa suma de dinero invertida.

Pero lo que parece una más de las tantas excentricidades que suelen llegar a las portadas de los diarios, en la liga local tenía otro sentido. Debido a esta influencia que tiene económicamente el ministerio sobre los clubes, se reformuló un programa que ya existía para intentar mejorar el nivel de la liga local. Dicho plan contempla distintos desembolsos de dinero si los clubes cumplen con ciertas demandas que van desde el trabajo en los equipos juveniles hasta el nivel de asistencia a los estadios (donde dependiendo el porcentaje de asistencia por partido, se le gira cierta cantidad de dinero). También se le perdonó las deudas que mantenían con la Federación a la mayoría de los clubes. Sin embargo, el sueño de tener jugadores saudíes en el fútbol europeo salvo alguna excepción menor, seguía faltando.

 

Finalmente el rol de Turki Al-Sheikh dejó de ser tan activo cuando, por un decreto real, pasó a ser para 2019 ministro de entretenimientos y cultura. Pero su rol sigue siendo activo en los entretelones del fútbol saudí. Y aprendiendo de la experiencia fallida de 2018, al año siguiente el gobierno creó un programa más serio y a largo plazo. En octubre de 2019 se lanzó la Saudi Scholarship for Developing Football Talent (SSDFT, o el Programa de Becas Saudí para el Desarrollo de Talento Futbolístico). Dicho programa posee un centro de entrenamiento de alto rendimiento en Tarragona, España, donde año tras año 40 jugadores de entre 18 y 20 años de distintos clubes son seleccionados para viajar al Complex Esportiu Salou. Allí viven y entrenan con técnicos de primer nivel durante tres meses. 

Este proyecto no apunta a este mundial, donde los jugadores que enfrentarán a Messi y compañía, siguen jugando en la liga local. Apunta sus cañones al mundial de 2026 y mas allá. Pero para intentar suplir esa cuestión tras la salida de Pizzi, eliminado en la Copa Asiática de 2019, es que la Federación contrató a Herve Renard. El francés es un técnico acostumbrado a jugar competiciones importantes con un estilo más defensivo y contragolpeador, algo que lo llevó a ganar dos veces la Copa Africana de Naciones. Y si bien esto se ha visto plasmado en los diferentes partidos que ha jugado y le ha permitido a la selección saudí clasificar sin problemas a la máxima cita del fútbol, resta ver si finalmente de esta manera pueden achicar esa brecha competitiva con las máximas selecciones. Quedará para el futuro el proyecto final para lograr, de una vez por todas, contar con jugadores saudíes en el máximo fútbol europeo.

Similar Posts

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *