Shai Gilgeous-Alexander, la estrella silenciosa de la NBA

Ya se había acostumbrado a que los últimos partidos no cambiaran nada. A veces, muchos más que los del cierre de la temporada. Oklahoma City Thunder deambuló por el fondo de las posiciones en las dos campañas anteriores. Y las expectativas no eran más alentadoras para la actual. Pero, liderado por Shai Gilgeous-Alexander, fue uno de los equipos que sorprendió y se clasificó al play-in de la NBA, dejando afuera a Dallas Mavericks, finalista de la Conferencia Oeste en la campaña 2021-2022.

El domingo pasado, el partido que bajó la persiana de la serie regular tampoco tuvo mucho significado para el Thunder, pero esta vez porque el objetivo ya estaba cumplido y su décimo puesto en el Oeste ya era una sentencia. Por eso, Gilgeous-Alexander descansó y observó el partido de sus compañeros contra Memphis Grizzlies desde el banco de suplentes, vestido con ropa informal.

El base canadiense es uno de los jugadores que más progresó desde que ingresó a la NBA en la campaña 2018-2019, elegido en la undécima posición por Charlotte Hornets y traspasado inmediatamente a Los Angeles Clippers, equipo en el que jugó en su primer año en la liga. Su constante ascenso fue desde los 10.8 puntos por partido en su temporada debut hasta los 31.4 de la 2022-2023 en la que fue elegido para disputar el Juego de las Estrellas, SGA prácticamente triplicó su promedió de puntos.

Con esa marca, la estrella silenciosa de Oklahoma City se ubicó cuarto en la tabla de máximos anotadores de la temporada. Pero su aporte fue mucho más grande que convertir puntos: fue el cuarto máximo ladrón de pelotas con 1.6 por partido, el tercer jugador que más fue a la línea de tiros libres con 10.9 intentos por encuentro (sexto en porcentaje de conversión con 90.5) y repartió 5.5 asistencias por juego.

A pesar de que pocos apostaban por el Thunder, Gilgeous-Alexander sabía que este equipo podía sorprender. En enero, tras ganarle a Philadelphia 76ers como visitante, le preguntaron qué sentía al formar parte de un conjunto en formación y que no conseguía resultados. “Seremos un muy buen equipo antes de lo que la gente piensa, entonces me resulta fácil tener paciencia. Vi el crecimiento de mis compañeros cada día durante los últimos meses y estoy muy ilusionado”, respondió. Evidentemente, Shai tenía razón. Y hay un dato que es prometedor para el futuro: con un promedio de 23 años y 119 días, el plantel del Thunder es el segundo equipo más joven de la historia.

Antes de ilusionarse con la evolución del conjunto, Gilgeous-Alexander se enfocó en su progreso individual. En cada período entre temporadas se entrenó duro en Canadá. En un viaje en el que el entrenador Mark Daigneault fue a visitarlo a Hamilton, Ontario, no pudo trasladarse con SGA al entrenamiento porque el auto del jugador iba completo con sus amigos de toda la vida, quienes lo asistieron en cada práctica. En 2021, el guardia formado en la Universidad de Kentucky había anticipado que tenía objetivos grandes: “No juego para ser solamente un buen jugador, quiero ser uno de los mejores bases de la historia del básquetbol”. Con lo que demostró en esta temporada de la NBA, esa frase cobró fuerza.

Es más, Gilgeous-Alexander ya se metió en la discusión sobre si puede ser el mejor basquetbolista canadiense de la historia. Steve Nash ganó el premio al MVP de la temporada regular de la NBA en 2005 y 2006. Suena exagerado comparar a Shai con el base que brilló en Phoenix Suns y Dallas Mavericks. Pero el propio Nash lo subió a su nivel y destacó que podría superarlo

Al margen de comparaciones, SGA es un jugador completo, que lastima en ataque e impone presencia en defensa. Sabe cuándo correr y cuándo jugar con calma. Llevó a Oklahoma City a disputar el play-in y sabe que no tiene presiones. La campaña ya es un éxito para el Thunder y todo lo que llegue será ganancia.

No es un jugador al que las luces le apuntan con frecuencia. Tampoco suele brindar declaraciones altisonantes. Como juega en un equipo que pocos miran, el mundo aún no se dio cuenta de su excelente nivel. Desde ese aparente anonimato, Shai Gilgeous-Alexander tiene mucho para ofrecer. Y cuando lo vean, ya será demasiado tarde para detenerlo.

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