TENIS – Novak Djokovic, el inicio de la leyenda: a 17 años del primero de sus 24 títulos de Grand Slam
Toda leyenda tiene una fecha de inicio. El 27 de enero de 2008 sería la indicada para el tenista serbio Novak Djokovic (7°), quien vencería 4-6, 6-4, 6-3 y 7-6 (2) al francés Jo-Wilfried Tsonga para proclamarse campeón en el Abierto de Australia y levantar el primero de sus 24 trofeos de Grand Slam.
Luego de participar en 12 cuadros principales en eventos Majors, el nacido en Belgrado, de apenas 20 años en ese entonces, se tomaría revancha de las decepciones registradas en 2007, cuando caería en semifinales de Roland Garros y Wimbledon, y en la definición del US Open, edificando un camino prácticamente perfecto en Melbourne Park para notificar al suizo Roger Federer (1°) y al español Rafael Nadal (2°) que les plantaría batalla durante la próxima década y media.
Ya instalado en el tercer puesto del ranking ATP, el dueño de siete trofeos en el circuito no sufriría contratiempos para vencer 6-0, 6-2 y 7-6 (5) al alemán Benjamin Becker (81°), 6-1, 6-2 y 6-2 al italiano Simone Bolelli (70°) y 6-3, 6-1 y 6-3 al estadounidense Sam Querrey (62°), metiéndose por segunda oportunidad al hilo entre los ocho mejores en el torneo oceánico, después de sucumbir en sets corridos versus ‘Su Majestad’ en la anterior edición.
En octavos de final se le presentaría el primer cruce de peligro al dirimir contra la estrella local Lleyton Hewitt (22°), finalista en 2005, que nada podría hacer frente a la frescura del balcánico, marchándose de su casa al caer vapuleado por 7-5, 6-3 y 6-3 en menos de dos horas y media de juego.
El español David Ferrer (5°), reciente verdugo de su talentoso compatriota Juan Carlos Ferrero (21°), sería su próximo escollo, aunque también fracasía en sus planes de frenar el arrollador paso de Nole, el cual firmaría una jornada ideal al imponerse 6-0, 6-3 y 7-5, prolongar su mejor desempeño en la primera competición grande de la temporada y sacar boleto para enfrentar al número 1 del mundo.
Frustrado en cinco de los seis pleitos entre sí, destacándose la instancia decisiva en Flushing Meadows, el último campeón de los Masters 1000 de Miami y de Canadá saldría herido en su orgullo en el cemento oceánico para demostrarle a Federer que no tenía nada que envidiarle, festejando 7-5, 6-3 y 7-6 (5) para acceder a su segunda final consecutiva en torneos Grand Slam.
El sorpresivo Tsonga, quien había hecho méritos de sobra al derrotar al británico Andy Murray (9°), a su coterráneo Richard Gasquet (8°) y al zurdo manacorí, entre otros, buscaría aguarle la fiesta a Djokovic, comenzando de gran modo al arrebatarle el primer set pero mermando su nivel en las mangas posteriores para ceder 4-6, 6-4, 6-3 y 7-6 (2) en poco más de tres horas de lucha en el estadio principal.
“Soñé esto muchas veces. Vi a muchas leyendas del deporte levantar trofeos de Grand Slam, deseaba estar en esa situación algún día. Es un sueño hecho realidad, siempre creí”, expresaría inmediatamente, escribiendo la primera de sus 24 páginas doradas en torneos Grand Slam, diez en el Abierto de Australia, para transformarse en el jugador con más coronaciones de la historia.