Argentina venció a Cuba y se metió en semifinales del clasificatorio para el Preolímpico de básquetbol

“Para ser campeón, hoy hay que ganar”, explotó en un grito uniforme el público en el estadio Vicente Rosales de La Banda, Santiago del Estero, apenas había comenzado el encuentro en el que Argentina le ganó a Cuba 109-66 y le permitió meterse en las semifinales del clasificatorio para el Preolímpico de básquetbol en las que se enfrentará a Chile este sábado.

Como en la derrota del debut, el motor del equipo en el comienzo fue Facundo Campazzo (14 puntos en total, 9 en el primer cuarto). El base volvió a mostrar que juega a otra velocidad e impone el ritmo que a él más le gusta. De sus manos, además, salieron 3 asistencias. Cuando el equipo de Pablo Prigioni consiguió buenas rotaciones de pelota, encontró tiros cómodos y efectivos. En ese período inicial acertó 5 de 8 en triples. Sin embargo, no logró marcar las diferencias reales que existen con el conjunto centroamericano por dos razones principales: las 5 pérdidas de balón y la libertad con la que dejaron a Karel Guzmán, que convirtió 8 puntos en ese pasaje. La ventaja fue apenas de 5 puntos (29-24).

El segundo cuarto continuó por los mismos carriles. Argentina apostó al triple como arma principal y fue la vía de gol más importante (10 de 21 en ese rubro estadístico). En los momentos de buena efectividad llegó a sacar 12 puntos de diferencia máxima, pero cuando no estuvo certera aparecieron las distracciones, incomodidades y hasta alguna discusión entre los jugadores. El resultado al descanso largo reflejó los altibajos del equipo: 50-41, con Carlos Delfino y Campazzo como mejores anotadores (11 cada uno hasta ese momento) y una preocupante cifra de 10 pérdidas de pelota.

El que dio un paso adelante en su evolución fue Gabriel Deck, en pleno proceso de recuperación de ritmo basquetbolístico luego de tres meses de inactividad por una lesión en la rodilla izquierda. El santiagueño jugó 18 minutos (6 más que en el debut) y aportó 9 puntos con algunos chispazos de su capacidad para moverse sin el balón y generar espacios para tener tiros cómodos.

El quiebre del partido ocurrió en el tercer cuarto. El ajuste más importante del conjunto de Prigioni fue la defensa, que limitó a Cuba a solo 14 puntos en ese período. A partir de allí nacieron transiciones veloces y hasta lujosas, como la del alley oop de Campazzo para Francisco Cáffaro que generó delirio en los hinchas que colmaron el estadio del Club Ciclista Olímpico. Y el plan de juego de utilizar el triple como opción preponderante en las ofensivas siguió su curso con 17 aciertos en 33 intentos. La ventaja de 27 al final del parcial (82-55) sentenció la historia.

El cuarto período sirvió para que algunos jugadores recuperaran confianza, como Lucio Redivo que con 20 puntos (6 de 11 en triples) fue el máximo anotador del encuentro. Otro que subió su nivel fue Luca Vildoza (11 puntos), un jugador fundamental en esta propuesta dinámica de Argentina.

El panorama del conjunto albiceleste es claro: debe corregir detalles, bajar el número de pérdidas y confiar en la idea del entrenador para continuar su camino hacia la final e intentar conseguir el boleto al Preolímpico del año próximo que le mantenga encendida la ilusión de llegar a París 2024.

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