Bangladesh, Perón y fútbol: una oportunidad para abrir nuevos mercados

En Qatar 2022, Mundial que llevó a la Argentina a lo más alto y nos permitió bordar la tercera estrella de la mano de Lionel Messi y toda la Scaloneta, descubrimos que a los abrazos entre hinchas argentinos de todos los clubes, se sumaba el entrañable pueblo bangladesí con sus camisetas, sus banderas y caravanas. Tras cada partido, todos y todas entrábamos a las redes sociales para ver qué sucedía en Dacca y en las celebraciones en las distintas ciudades argentinas, pudimos ver flamear banderas de Bangladesh a modo de agradecimiento. Nos encontramos con un pueblo que, ante la pasión del fútbol, se parecía mucho a nosotros y que la distancia geográfica era en realidad, cercanía emocional.

Pero las relaciones con Bangladesh no se circunscriben al apoyo a nuestra querida selección sino que llevan más de 50 años. En marzo de 1971, Bangladesh declaró su independencia y Argentina fue uno de los primeros países en reconocerla. El Presidente Juan Domingo Perón habilitó la primera representación diplomática el 30 de octubre de 1973 y la embajada se abrió en la ciudad de Dacca en enero de 1974.

Pero en 1978, en las sombras de la Dictadura cívico-militar y por orden de Jorge Rafael Videla, mediante el decreto nº 3755 publicado el 15/12/1977, el gobierno de facto decidió cerrar la embajada argentina. El argumento que sirvió de disfraz para la decisión fue, ¿cuando no?, económico: alegaron restricciones de carácter presupuestario, pero la decisión tenía un ADN antiperonista y “pro occidental y cristiano”, con un claro alineamiento ideológico. 

La Argentina es un país amistoso y de diálogo: las anteojeras ideológicas y los prejuicios no pueden definir la política exterior ni los destinos de nuestras exportaciones; no podemos darnos el lujo de achicarnos el mundo. Es por eso que reabriremos nuestra embajada en Dacca, para profundizar una relación que ya es fructífera y que no sólo tiene un puente futbolero. El relacionamiento entre ambos pueblos siempre existió y se evidencia, por ejemplo, en el viaje del premio Nobel Rabindranath Tagore a la Argentina en 1924 en el cual estableció una amistad con la escritora Victoria Ocampo. Como sabemos, el acercamiento entre ambos pueblos se profundizó de la mano de Diego Maradona y su deslumbrante actuación en el Mundial de México 1986. El pueblo bangladesí se sintió identificado, en parte, por motivos ligados al pasado colonial del país asiático. La idolatría por Maradona se refleja hoy en Lionel Messi y se plasmó en las innumerables imágenes de amistad que inundaron las redes sociales durante Qatar 2022.

Pero nuestra visita para la reapertura de la embajada en Dacca también contará con una delegación de empresarios argentinos que viajarán con el objetivo de abrir nuevos mercados, de aumentar las exportaciones y como resultado, seguir creando empleo. Nuestro país tiene mucho para ofrecerle al mundo y qué mejor que hacerlo en un destino que tiene pleno conocimiento de nuestra marca país. 

Nuestras relaciones económicas con Bangladesh son fructíferas: en 2022 el comercio bilateral fue de USD 765 millones. Las exportaciones argentinas alcanzaron USD 742,9 millones y las importaciones desde el país asiático totalizaron USD 22,1 millones. Se registró en 2022 un superávit comercial para Argentina de USD 720,8 millones. Se trata de una oportunidad comercial enorme para nuestro país: Bangladesh precisa productos agroindustriales y es el octavo país más poblado del mundo, con un mercado de más de 170 millones de habitantes.

Mi visita a Bangladesh como Canciller será la primera que realice un ministro de Relaciones Exteriores sudamericano al país asiático. Estaré en Dacca en representación de la Argentina para conseguir más mercados, para ampliar nuestros horizontes y abrir nuevas oportunidades que redunden en más empleo y en mejores salarios. Nuestro objetivo principal será estrechar las relaciones comerciales en mutuo beneficio pero también habrá tiempo para agradecerles el apoyo y el cariño por nuestra Selección.
 

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