Díaz Acosta y Coria avanzaron a semifinales y Etcheverry se marchó eliminado del Argentina Open

Los tenistas argentinos Facundo Díaz Acosta y Federico Coria avanzaron hoy a las semifinales del Argentina Open pero Tomás Martín Etcheverry no pudo sumarse ya que debió abandonar por lesión su partido de cuartos de final, en tanto que el español Carlos Alcaraz, máximo favorito al título, también se instaló entre los cuatro mejores del torneo.

Díaz Acosta, ubicado en el puesto 87 del ranking mundial de la ATP, generó la primera sonrisa de la jornada cuando concretó la mejor actuación de su carrera al instalarse en las semis del torneo tras vencer al Dusan Lajovic (58) por 6-4 y 6-3 en el partido que inauguró la jornada en el Buenos Aires Lawn Tennis Club.

El tenista de 23 años empleó una hora y 23 minutos para doblegar al serbio y jugará este sábado en semifinales ante el rosarino Coria.

Justamente Coria (106), quien había sido semifinalista también la semana pasada en el Córdoba Open, ratificó su excelente momento y con una actuación impecable doblegó al bonaerense Sebastián Báez (30) por 6-1 y 6-4 luego de una hora y 28 minutos.

Más tarde entró en acción el español Alcaraz (2), máximo favorito al título y campeón vigente, quien terminó con las ilusiones del italiano Andrea Vavassori (152) y le ganó por 7-6 (7-1) y 6-1.

Alcaraz, nacido en Murcia y segundo en el ranking mundial de la ATP detrás del serbio Novak Djokovic, rindió de menor a mayor y estiró su invicto en Buenos Aires a cinco partidos.

El rival de mañana de Alcaraz será Jarry (21), que eliminó al platense Etcheverry (27) por 4-6, 7-5, quien se retiró por una lesión muscular en el partido que cerró la jornada en el estadio ubicado en el barrio porteño de Palermo.

Etcheverry, quien había vencido en las rondas previas al español Roberto Carballes Baena (64) y el colombiano Daniel Elahí Galán (80), mostró mucha garra durante todo el partido y parecía encaminado a derrotar a Jarry, que en octavos de final había sacado del torneo al suizo Stan Wawrinka (60).

El partido más emotivo en lo que va del torneo se planteó entre dos jugadores que le pegan muy fuerte a la pelota, de físicos similares, ambos espigados, con saques potentes y derechas pesadas, y con antecedentes favorables al argentino, que había ganado tres veces contra una del chileno.

El tenista de La Plata lo había vencido en los Challengers de Campinas, Brasil, 2021, y México, en 2022, y en el Córdoba Open de 2022, mientras que Jarry se impuso el año pasado en la final de Santiago, Chile.

En ese contexto, el encuentro se caracterizó por la paridad, ninguno lograba imponer su estrategia, hasta que con el score igualado 4 a 4 llegó el punto de inflexión en el noveno game, cuando el platense ajustó su devolución y logró quebrar a Jarry con una derecha pesada que el chileno dejó en la red.

Etcheverry cerró el set por 6-4 con un juego de saque impecable que ganó en cero, y eso levantó al público en las tribunas que lo aplaudió a rabiar cuando fue a sentarse al banco.

El platense, de 24 años, festejó con el puño cerrado esa primera ventaja, mientras que el chileno se lamentaba la cantidad de errores no forzados que cometió (21) y le costaron el set.

El argentino se mantuvo impecable en el inicio del segundo parcial y quebró de nuevo a Jarry con devoluciones excelentes que le permitieron sobrepasar al chileno.

Observado desde el palco por dos glorias del tenis argentino, Gabriela Sabatini y Gastón Gaudio, el platense siguió castigando la pelota con su derecha y encontró huecos en el juego del chileno.

Pero con el marcador 1 a 1, Etcheverry solicitó médico y fue atendido durante 10 minutos por una molestia muscular en la pierna derecha: a su regreso de lo vio incómodo.

Ese problema físico cambió el partido, ya que el argentino apenas podía desplazarse por la cancha, y luego de madurar la decisión de retirarse, decidió apostar todo a su saque para intentar estirar la definición al tie break.

Lo que siguió fue dramático porque el público festejaba ampulosamente cada fallo de Jarry y lógicamente también los aciertos de Etcheverry, quien hacía lo que podía cuando le tocaba recibir y se exigía a fondo cuando sacaba, siempre con poco desplazamiento.

El esfuerzo físico de Etcheverry se estiró hasta que perdió el set por 7-5 y dijo basta, ya que su dolor en el muslo derecho iba en aumento y no podía seguir corriendo.

La decisión de Etcheverry también consideró que si sufría un desgarro se perdería lo que resta de la gira sobre polvo de ladrillo en Sudamérica, que continuará la semana próxima en Río de Janeiro y cerrará en Santiago.

Las semifinales del certamen de mañana serán entonces entre Coria y Díaz Acosta, por un lado (lo que garantiza la presencia de un argentino en la definición del domingo), y Alcaraz y Jarry.

Con información de Télam

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