Lo mejor del Día 1 de las series de playoffs de la NBA

¡Bienvenidos a los playoffs de NBA! Como era de esperar, tuvimos un arranque fantástico de los primeros cruces de postemporada. Es momento, entonces, de repasar lo mejor que vimos el sábado.

Preparen, apunten… ¡Fuego!

LA MEJOR SERIE HASTA AHORA: Knicks-Cavaliers

Alguna vez habrán escuchado que en playoffs se lucha más, se combate más, se quiere más. Bueno, con el primer partido entre Cavaliers y Knicks confirmamos esa premisa. Jugaron ambos equipos al máximo y pese a los 38 puntos de Donovan Mitchell, Cleveland se quedó con las manos vacías.

Estos Knicks juegan con la mandíbula apretada. Saben por primera vez en muchísimo tiempo lo que quieren y van con intensidad hacia un propósito claro a las órdenes de Tom Thibodeau. Julius Randle es desordenado, por momentos tiene comportamiento errático, pero tiene actitud en la pintura y contagia. Jalen Brunson, el cerebro, mostró que es uno de los mejores fichajes de la temporada y Josh Hart, que vino antes de la fecha límite de intercambios, le da al equipo el equilibrio justo para transformarlo en peligroso.

¿Cuánto hacía que no se veían sonrisas plenas en la Gran Manzana? Tanto como 24 años: es la primera vez que New York gana en un debut de serie fuera de casa desde que lo lograron ante los Indiana Pacers en las Finales de Conferencia de 1999. Los Knicks ganaron todas las pequeñas batallas en el Juego 1: puntos de segunda chance, puntos de la segunda unidad y puntos procedentes de pérdidas. Y lo más importante, mandaron una señal: somos peligrosos y sabemos lo que queremos.

Aprendizaje en forma de bonus track: no siempre todo lo que reluce es oro y a veces la solución está sin moverse demasiado. Si no me crean, vean a Mark Cuban en Dallas Mavericks, que se deshizo de Brunson, trajo más tarde a Kyrie Irving y terminó entregando la temporada a propósito para deshacer un nudo espantoso creado con sus propias manos.

UN BAILE CELTA PARA COMENZAR A SOÑAR: Celtics-Hawks

El furor del triunfo ante el Heat duró poco para los Hawks. Los Celtics le tiraron todo el arsenal encima en el Juego 1, tan es así que al término del primer tiempo ganaban por 30 puntos de diferencia. Una paliza en forma de mensaje para lo que viene. Jayson Tatum (25 puntos y once rebotes) y Jaylen Brown (29 y 12) fueron, como era de esperar, el dúo maravilla de Boston para sellar un triunfo sólido y sin fisuras.

La única pregunta que tenemos sobre Tatum es si podrá finalmente ser un ‘killer’ o volverá a tener piedad en etapas más avanzadas de playoffs. El sábado fue su juego número 75 de postemporada, lo que habla a las claras que experiencia ya no le falta. Quedó a 72 puntos de destronar a Larry Bird como el máximo anotador de Celtics en playoffs (1.718 unidades de Tatum contra 1.790 de Bird). Eso sí: el pueblerino de French Lick tiene tres campeonatos ganados (1981, 1984 y 1986).

Dato para que resuelva Quin Snyder junto a su cuerpo de asistentes: Derrick White limitó en grande a Trae Young cuando fue su defensor primario. Según ESPN Tracking, el base estrella de Atlanta lanzó 1-7 de campo en ese lapso de tiempo. Y la batalla rebotera lejos estuvo de parecerse a lo ocurrido en Miami: Boston lideró 58-45.

Siendo absolutamente sincero, no se perfila como una serie larga, aunque siempre, en playoffs, estamos atentos a sorprendernos.

SE DIO LA LÓGICA, PERO ES UNA SERIE ABIERTA: Sixers-Nets

Confirmamos algunas cosas en este juego debut en Philadelphia: 1) La política de atrapes contra Joel Embiid no fue una gran idea de los Nets, 2) James Harden lo está tomando personal y 3) Mikal Bridges despegó en Brooklyn para convertirse en una estrella de la NBA.

Los atrapes de los Nets en la zona pintada solo sirvieron para que Embiid se convierta en un faro de sus compañeros. La rotación de balón de Philadelphia terminó en tiros abiertos y fue de esa manera como lograron sellar un récord de franquicia de 21 triples anotados, con 14-21 abiertos según Second Spectrum. Notable.

Tan notable como que ese porcentaje en triples del 67% iguala el mejor de cualquier equipo en un juego de playoffs (Warriors ante Rockets en 2016) desde que comenzó el seguimiento de jugadores hace 10 años (mínimo 20 tiros de 3 puntos).

Y si bien este partido terminó con 20 puntos de diferencia, lo cierto es que los Sixers lo destrabaron en el final. Los Nets van a competir con los Sixers y pueden traer algunos dolores de cabeza en el futuro cercano. Son atléticos, intensos y sin demasiado que perder.

Párrafo aparte para los 30 puntos de Bridges: es la tercera marca más destacada desde un debut en playoffs desde que el mítico croata Drazen Petrovic hizo 40 en 1992 y los 32 de Kevin Durant en 2021.

¡LIGHT THE BEAM! LOS KINGS SON MUCHO MÁS QUE UNA NOVEDAD: Kings vs. Warriors

Parecía que los Warriors tenían dominado el partido frente a los inexpertos Kings, que volvían a playoffs tras 17 años fuera. Pero en el desenlace, y pese a las arremetidas de un siempre endiablado Stephen Curry, hubo un jugador que rompió el molde del Juego 1: De’Aaron Fox.

Los 38 puntos de Fox son llamativos, pero mucho más llamativo es que 29 de esos 38 llegaron en el segundo tiempo. Fue, por momentos, un golpe por golpe propio de una pelea de boxeo entre retador y campeón. Hubo 24 cambios de mandos en el partido. Uno que iba, otro que contestaba. Y en ese ida y vuelta constante, Fox mostró que es mucho más que una de las grandes sensaciones de la temporada: es un talento emergente con carácter para cosas importantes.

Su planilla trajo un dato increíble: mayor cantidad de puntos en un tiempo en su carrera e igualó a Oscar Robertson con el máximo en un tiempo en la historia de los Kings.

Malik Monk, compañero en Kentucky y ahora en Kings de Fox, aportó 32 y fue también determinante en el desenlace del juego. Entre ambos salvaron la noche ofensiva floja de Domantas Sabonis (5-17 en tiros de campo), aunque el interno igual fue clave en el poderío bajo los tableros con 16 rebotes.

Pese a la derrota, los Warriors, por experiencia y figuras, son favoritos en esta llave. Andrew Wiggins tuvo algunas equivocaciones propias de su falta de ritmo y no alcanzó con las intenciones de aumento de temperatura clásicas de Draymond Green. Golden State, de todos modos, no lució oxidado: este triunfo fue mérito vompleto de Sacramento.

Eso sí, tengan mucho cuidado. En la era de Steve Kerr, los Warriors ya estuvieron en esta situación y lograron revertir dos veces la serie. Contra el Thunder en las Finales del Oeste de 2016 y el año pasado contra los Celtics en las Finales de NBA.

Dicho esto, lo mejor está por venir.

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