RUGBY – Jerónimo Ureta, el título en Irlanda y la ilusión de llegar a Munster

El pasado 17 de marzo, Jerónimo Ureta tuvo un festejo de San Patricio muy especial y, en el histórico Thomond Park, fue campeón de la copa de Munster (Senior Challenge Cup) con Garryowen, que milita en la segunda división de la All-Ireland League, al vencer por 22-7 a Cork Constitution, uno de los animadores en la máxima categoría.

Fundado en 1884, el equipo del argentino funciona bajo la órbita del último ganador del United Rugby Championship y cuenta con algunos entrenadores y jugadores que tienen contrato o que forman parte de la academia de la franquicia. Con la esperanza de recorrer el camino de decenas de internacionales irlandeses como Conor Murray, Keith Wood o David Wallace, el segunda o tercera línea se incorporó el año pasado tras el Súper Rugby Américas con Pampas y tuvo incluso entrenamientos con el plantel profesional.

Casi juego un amistoso, pero al final no pude y fui desafectado, porque había muchos jugadores que volvían de lesión o que estaban contratados sin minutos y querían verlos a ellos antes que a uno que está como ‘invitado’. Tener la posibilidad de entrenar con Conor Murray, Tadhg Beirne, Peter O’Mahony, Simon ZeboSon jugadores increíbles, aprendí mucho. Verlos entrenar y convivir en el día a día es algo que disfruto mucho, así que veré qué es lo que puede llegar a pasar para la próxima temporada“, le dijo Ureta a Scrum.

¿Cómo es que se dio su llegada? “Estaba viendo de ir a jugar afuera y me llegaron algunas propuestas. En una me dijeron que podría tener una posibilidad de entrenar y jugar con Munster y que para eso tenía que irme a Garryowen, con toda la estructura de entrenadores que son de Munster y muchos jugadores contratados que, cuando no tienen tiempo de juego, juegan ahí. Así que están constantemente mirando los partidos. Sería lo mismo que ir a un club de Italia para que te vean de Benetton o Zebre, pero hacerlo en Irlanda y en un club como Munster”, comenzó el forward.

Y agregó: “Me interesó un montón. Esta es mi primera experiencia fuera de lo que es el sistema de Argentina y Newman. Ya tengo 27 años y quería probar esta oportunidad y no esperar a ver si sale algo más y me mandé. Lo estoy disfrutando mucho. También estaba la posibilidad de volver a jugar con Pampas, que me había encantado. Pero tenía que esperar seis meses más y esperar el llamado de la UAR para ver, volver a trabajar jugando en Newman, entonces era más a mediano plazo. Me salió esta oportunidad y tener la posibilidad de entrenar y jugar con Munster no lo había pensado antes, es un club de una magnitud muy grande acá en Europa“.

¿Con qué nivel de juego te encontraste en Irlanda, comparado a lo que es el Súper Rugby Américas?

Me vi muy sorprendido. Al principio de la temporada fue raro, porque estábamos utilizando el mismo sistema que el seleccionado irlandés y Munster. Sacando las diferencias de jugadores con gran experiencia, el sistema a veces no nos sale a la perfección y se hacía medio complicado, pero a medida que fueron pasando los partidos fuimos puliendo detalles y mejorando en algunos aspectos. Cuando uno aplica el sistema, no te voy a decir que es tan lindo como el seleccionado, porque son increíbles, pero es espectacular y lo sentís adentro de la cancha. Cualquier forward hace un pase de espaldas espectacular y sin mirar porque sabe que el apertura va a estar parado donde tiene que estar, la célula de tres forwards sabés que son opciones en cualquier momento y es un sistema muy profesional. Es muy ordenado, es muy físico. Como no es un país tan grande, la gran mayoría de los jugadores están involucrados en una academia o en algún equipo, entonces el tamaño de los jugadores y la fuerza que tienen es increíble. Se busca mucho el rugby frontal, estar cara a cara para dar un pase. Si lo tengo que comparar con el Súper Rugby Américas es más físico e igual de rápido, más que el URBA Top 12. Pero quizás como todos intentan jugar al mismo sistema se torna un poco aburrido a veces, porque es un espejo, estamos todos jugando a lo mismo y termina ganando el que mejor lo aplica. Pero la verdad es que es un muy buen nivel. Sobre todo, porque hay muchos contratados que no tienen tiempo de juego y bajan a la liga. Sería como si Juli Montoya, cuando estaba Jaguares, bajara a jugar en Newman o que los de Pampas vuelvan a sus clubes ese fin de semana.

¿Cómo es la dinámica del club? ¿Tiene un parecido con el rugby de clubes de Argentina?

Es semiprofesional. Hay jugadores que no son pagos, que juegan por amor al rugby y porque les gusta, hay otros que son profesionales y están todo el día con Munster y entrenando y jugando con nosotros, otros que son de la academia de Munster, otros rentados como yo. Esa es la gran diferencia con los clubes en Argentina, el sentido de pertenencia no es tan grande. Hay algunos que quizás están jugando conmigo y el año que viene se van a otro club por razones rugbísticas o económicas. No digo que no hayan querido al club en el que jugaron, pero se cambian más fácil. En Argentina es muy raro que yo jugando en Newman me vaya al CASI y que todos lo empecemos a hacer así. En ese sentido es medio raro. Este es un club muy grande, muy famoso y que le dio muchos jugadores al seleccionado irlandés. En ese sentido hay muchas familias tradicionales del club y yo estoy jugando con algunos de ellos hoy en día. Entrenamos cuatro veces por semana, dos full rugby con gimnasio y otros dos físico y gimnasio. No lo podés llevar a una estructura más profesional, porque hay algunos que trabajan y no viven del rugby. Esa es la gran diferencia con los clubes de Argentina, tenés una gran variedad de jugadores que están jugando en el club por diferentes razones. Después lo que son los terceros tiempos y todo lo demás es lo mismo, yo lo veo igual. Es muy lindo.

¿Cómo fue para vos ser campeón en la Munster Challenge Cup, ganándole a uno de los mejores equipos de División 1A?

Es el club que más veces la ganó (fue el 40° título) y es una copa con mucha historia acá. Hubo mucho entusiasmo por haber clasificado y haber llegado a las semifinales. Estaban muy contentos, pero el foco de esa final se fue por haber arrancado la liga, jugamos 15 partidos y apareció esta final que teníamos justo el día de San Patricio, en Thomond Park, con día soleado, que eso es raro acá. Estaban todas las condiciones dadas. Veníamos de perder un partido duro por la liga, con fecha libre y tuvimos una semana para poder entrenar y no pensamos en otra cosa más que en Cork Constitution. Hicimos mucho análisis de cómo jugaban. Es uno de los pocos equipos que juega diferente a la gran mayoría. Por suerte tuvimos un gran equipo, con muchos de Munster, de buena calidad, y fue uno de esos días donde todo sale bien, donde el equipo entero está conectado y enchufado y sabemos que para que nos ganen nos van a tener que matar. Por suerte se pudo dar, pudimos levantar una copa lindísima y lo disfruté mucho.

Faltan tres fechas para el final de la liga, ¿cómo encaran lo que queda para pelear por el ascenso?

Hicimos mucho y son unas últimas tres fechas muy duras. Espero que esta final nos sirva de envión. Por suerte nos tocan dos de local y uno de visitante y obviamente el objetivo de Garryowen es ascender. Es un club muy grande, con mucha historia, que el año pasado tuvo un mal torneo y por eso están acá, pero no es común. Tenemos que dar todo y ojalá podamos llegar a play offs y ganar esa final.

Terminando la temporada en Irlanda, ¿cuáles son tus planes a futuro? ¿Podés volver a Newman a jugar el URBA Top 12?

Hoy son inciertos. No tengo nada definido. Estoy averiguando si hay algún otro club interesado en Irlanda o Europa. Sólo tuve charlas, nada serio ni cerrado. Tengo entrenadores y un agente que me están ayudando. Tampoco descarto volver a Newman porque ahí están todos mis amigos, el equipo es muy fuerte todos los años y se estuvieron haciendo las cosas muy bien, así que jugar ahí es muy lindo, es un equipo competitivo, siempre peleando por ganar y me encanta jugar ahí, porque es el club donde nací. Siempre está en carpeta.

¿Qué creés que te vas a llevar de esta experiencia?

Creo que me llevo un crecimiento personal muy grande. En Argentina, con Newman o en el sistema de la UAR, viajé muchas veces y tuve la posibilidad de irme a muchos lados, pero siempre fue con pasaje de vuelta. Yo sabía que siempre iba a volver a mi casa, con mi familia y a ver a todos mis amigos. Acá tomé la decisión de irme a un país lejísimos, con un idioma y un rugby diferente y tuve que aprender a sentirme cómodo nuevamente, a hacerme nuevos amigos, a estar dispuesto a aprender de cero todo lo que tenga que hacer, mejorar mi inglés. Me puse a estudiar nuevamente (marketing digital) para los tiempos en los que no entreno, para no quedarme atrás y tener más herramientas para mi futuro y pensar en mi vida fuera de lo que es el rugby.

Al mismo tiempo, mi objetivo es jugar el mejor rugby y llegar al mejor nivel que pueda. Por eso la propuesta era venir a este club. Tuve que trabajar mucho mi paciencia, el no ilusionarme como cuando me llamaron por primera vez a entrenar y decir “ahora tengo que seguir trabajando y seguir hacia ese objetivo de poder jugar un partido”, al mismo tiempo cuando me dieron de baja fue una desilusión no se pudo dar, pero están dispuestos a darme esa oportunidad y hay que seguir trabajando. El club lo estoy disfrutando mucho, así que es un crecimiento personal muy grande que me ayuda a ser un mejor jugador y espero que una mejor persona.

Es una experiencia espectacular para el que esté dispuesto a trabajar por una oportunidad que quizás no llega. Yo tuve mis oportunidades de irme a jugar a Europa hace un montón y nunca las acepté, quizás de algunas me arrepiento, pero voy a seguir peleando y trabajando para tratar de llegar lo más alto posible y esta experiencia me ayudó a mostrarme qué es lo que quiero hacer y al mismo tiempo a crecer en lo personal.

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