TENIS – Se cumplen seis años del último título de Juan Martín del Potro

Juan Martín del Potro levantó, un 18 de marzo pero de 2018, su último trofeo como tenista profesional. Sin saberlo, el tandilense ganaría la última copa de su exitosa carrera, con una final épica ante Roger Federer y escribiría una de las últimas páginas gloriosas de su trayectoria deportiva.

El Masters 1000 de Indian Wells siempre se presentó como una gema casi inalcanzable para los tenistas sudamericanos. Desde su creación en 1974, el torneo fue ganado tan solo por el chileno Marcelo Ríos en 1998. Tras esa gesta, Kuerten y el propio Del Potro hicieron finales como representantes de Sudamérica en 2003 y 2013, respectivamente.

Sin embargo, siempre hubo un factor que explicó la poca competitividad que tuvieron los jugadores de estos lares en el primer Masters 1000 de la temporada: la superficie. El cemento, nunca fue el predilecto para los tenistas sudamericanos, salvo algunas excepciones. Y una de ellas fue Juan Martín Del Potro.

El tandilense inició su aventura en el Masters 1000 de Indian Wells 2018 con victoria ante un joven Alex de Miñaur, quien ingresó con wild card. Después de un holgado triunfo por 6-2 y 6-1, se deshizo consecutivamente de David Ferrer, Leonardo Mayer, Philipp Kohlschreiber y Milos Raonic. Instalado en la final, lo esperaba un viejo conocido: Roger Federer.

Hasta aquel 18 de marzo de 2018, Del Potro y Federer se habían enfrentado en 24 ocasiones, con una amplia ventaja del suizo con dieciocho victorias ante solo seis del argentino. A pesar de ello, la definición más importante entre ambos había quedado en manos del tandilense: el US Open 2009. De esta manera, esta final de Indian Wells se presentaba como el segundo partido más importante entre ambos después de la gesta en Nueva York. Para destacar esta rivalidad, también hay que mencionar que se enfrentaron en varias finales, con historial favorable al argentino: 3-2 hasta ese entonces.

Aquel encuentro que hoy nos reúne en esta efeméride comenzó favorable para Juan Martín, quien se llevó el primer set por 6-4. En la manga siguiente, que llegó hasta el tiebreak, fue para Su Majestad. Este momento del partido fue, junto con el final, el de mayor tensión. La razón es que, al principio, Federer se despegó en el marcador alcanzando un 6-3 tranquilizador. Sin embargo, Del Potro lo igualó 6-6 y posteriormente se puso 8-7, quedando con match point a favor.

No obstante, la situación de presión fue superada por el ex N°1 del mundo y se quedó con el tiebreak por 10-8. Todo se definía en el tercer set. Y como no podía ser de otra manera, con incertidumbre y nerviosismo de los dos lados por la paridad de juego que venían mostrando. El momento cúlmine de este clima se dio durante el décimo game de la última manga. Federer, envalentonado con su servicio (de los mejores del mundo mientras estuvo activo) llegó a estar 40-15 arriba con doble match point. Pero del otro lado estaba la defensa de la “Torre de Tandil”.

Primero fue una derecha después de mover al suizo de acá para allá. Después fue un drop que quedó corto en la red. Del 40-15 al 40-40. Y a soñar de nuevo. Tras un par de deuce, Federer tuvo un nuevo match point que desperdició y que terminó por darle rienda suelta a la ilusión del tandilense, que apoyado en su potentísimo revés y en su derecha supersónica, quebró para estirar la definición.

El tiebreak final fue muy distinto al del segundo set. La remontada de Del Potro lo llevó a sacar una ventaja importante y quedarse con la definición de Indian Wells por 7-2, apabullando con su tenis a uno de los mejores jugadores de la historia. De esta manera, Argentina volvía a tener un campeón de Masters 1000 después de 11 años, ya que el último había sido David Nalbandian en París-Bercy 2007.

Después de consagrarse en California, Del Potro volvió a jugar finales: Los Cabos (2018), US Open (2018) y Beijing (2018). Pero no pudo volver a gritar campeón. Pese a eso, el recuerdo de su último trofeo enaltece todo lo logrado por la forma y el rival. Juan Martín ganó un Masters 1000 que no se olvidará jamás.