TENIS – Uno por uno, todos los títulos de Ashleigh Barty

La conmoción que vivió el mundo del tenis hace dos años tras conocerse el retiro de Ashleigh Barty, N°1 del mundo y múltiple campeona de Grand Slam, fue de las fuertes.

Una referente que supo ganarse el respeto de sus rivales y el cariño del público merece la celebración de una carrera ascendente, que comenzó tras un paso más que exitoso en el circuito juvenil (campeona en Wimbledon) y que culmina en este 2022, viéndola campeonar en casa, un suceso que no ocurría desde 1978.

Inauguró palmarés en el circuito mayor en Kuala Lumpur 2017. Allí accedió a la definición desde la fase previa, ubicada en el puesto N°158 del ranking, y venció a Nao Hibino. Un año después, sumado a Nottingham -vs. Konta-, llegó el trofeo más importante hasta entonces: en la final del Elite Trophy derrotó a Wang Qiang y terminó la temporada como la N° 15 del mundo.

La gran consagración se llevó adelante en 2019. Durante esos meses se encargó de establecer su jerarquía gracias los triunfos en Miami (vs. Ka. Pliskova), Roland Garros (vs. Vondrousova), Birmingham (vs. Goerges) y las prestigiosas WTA Finals (vs. Svitolina). Durante ese año plantó bandera en lo más alto del listado mundial, debutando como la N° 1 el 24 de junio de 2019. Luego, tras un breve período con Osaka en el trono, se encargó de reencontrarse con su mejor versión para instalarse en lo más alto, lugar que ocupa hasta la actualidad. 114 semanas consecutivas como N° 1 del mundo. Se trata de la cuarta racha más larga después de Steffi Graf (186), Serena Williams (186) y Martina Navratilova (156). Ese año salió elegida por la Asociación Femenina de Tenis como Jugadora del Año, situación que se repitió en 2021.

A comienzos del 2020 se quedó con una presea muy especial: el WTA 500 de Adelaida, su primera consagración como local. Sin embargo, la promisoria temporada quedó pausada debido a la pandemia. En el regreso de la actividad, la tenista de 25 años decidió permanecer junto a sus seres queridos y no viajar a competir por el mundo.

Al año siguiente, comenzó nuevamente con buenas sensaciones en Australia, conquistando un certamen en Melbourne. Meses después, con la amenaza del cambio de mando en el trono, decidió viajar a Miami para defender título y liderazgo. Lo logró de manera superlativa y arrancó viaje en lo que fue uno de los ciclos más exitosos que vivió como profesional. Ganó Stuttgart, Wimbledon y Cincinnati. Se bajó de las WTA Finals después de unos meses maratónicos, en los que además, se dio el lujo de representar sus colores en los Juegos Olímpicos de Tokio, regresando a casa con la medalla de bronce en dobles mixtos junto a John Peers. Además, se convirtió en la quinta jugadora de la historia en finalizar como N° 1 por tercer año consecutivo, uniéndose a Steffi Graf, Martina Navratilova, Chris Evert y Serena Williams.

En 2022, por tercera ocasión consecutiva, inició la gira oceánica como una de las favoritas, conquistando Adelaida y el tan ansiado Abierto de Australia, torneo que no ganaba una local desde 1978, cuando Chris O’neil levantaba al público con su triunfo. Lo mismo hizo con sus otros títulos grandes: se transformó en la primera australiana en ganar Roland Garros desde Margaret Court (1973). Después, tomó el relevo de su mentora y amiga Evonne Goolagong, última campeona australiana en Wimbledon (1980). Y por último, hizo lo propio en casa, alegrando al país con su coronación en Australia. Esa última gran victoria con la que decidió cerrar el círculo triunfal.

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