La identidad de la Selección: adaptación pero sin perder la esencia

La Selección Argentina tiene varias virtudes que lo llevaron a la final de la Copa del Mundo, pero tiene una en particular que la distingue del resto y sorprende. Tiene una capacidad de adaptarse al rival pero que, además, le permite mantener su verdadera esencia. Lo hizo en el primer partido, ante Arabia Saudita, pero también en este último ante Croacia. En cada uno tomó un plan distinto y alguna idea estratégica para enfrentar al rival de turno. 

La Selección consigue muchos beneficios al poder cambiar su esquema o su forma de encarar los partiidos, pero siempre sin perder su esencia. Y, desde ya, esa búsqueda tiene que ver también con la cantidad de equipo que uno se enfrenta y Argentina, en el Mundial, se enfrenta a varios países que tienen distintos esquemas. A todos nos sorprendió el esquema que hizo Arabia Saudita, nadie lo esperaba. Y tuvo resultados. Te puede pasar eso, pero la Selección lo mejor que tiene es que se puede adoptar a cualquier sistema. Por ejemplo Scaloni tuvo algo clave contra Países Bajos cuando puso cinco defensores sabniendo que los laterales de ellos se transformaban en volantes y dejaban tres centrales. Le hizo un espejo. Y lo hizo similar a lo que hizo Ecuador. Este equipo de Argentina es inteligente y cambia su táctica dependiendo el rival y lo quiere contrarrestar, pero se adapta a cualquier cosa. 

Desde un 4-3-3 con un extremo junto con Lautaro a esta plasticidad que ahora tiene con Julian Álvarez- Los futbolistas, además, se adaptan a eso y cambian. El propio Lionel Scaloni habla de la virtud de sus jugadores y cómo trabajan para adaptarse. Hay varios equipos en el mundo que juegan 4-4-2 y no lo cambias más. Sin embargo, más allá de los números de teléfono, lo importante es que Argentina no deja de hacer su juego. Esto fue algo que sorprendió y que cambia un poco el paradigma porque, antes, estaba como “mal visto” cambiar con respecto al rival. Con el paso del tiempo y la experiencia descubrís que no “sos menos que nadie” cuando mirás vides y tratas de buscar puntos débiles para neutralizar. Al contrario, sos bueno por eso, es un planteo inteligente. Argentina tiene eso que no es algo que tienen otras selecciones como un equipo completo.  Scaloni ese movimiento lo entiende a la perfección. 

Si bien a la Selección le costó encontró el equipo, Scaloni rotó y probó con los laterales. Gonzalo Montiel y Nahuel Molina que encontraron su vuelta. Después ingresó Enzo Fernández, Alexis MacAllister por Giovani Lo Celso y el equiop se fue encontrando con el correr de los días. Eso también demuestra que hay un cambio y no, necesariamente, por contrarrestar en posiciones te estás metiendo atrás. De hecho, la línea de “cinco” que puso contra Países Bajos terminó con Marcos Acuña en posición de área -al cual le hacen un penal- y Nahuel Molina llegando al gol por el otro lugar. Con Croacia, por ejemplo, hubo otro cambio de esquema.  Siempre, en definitiva, es de dónde verlo y no como se paran en primer momento.  

Uno de los jugadores claves, que lo volvió a demostrar contra Croacia, es Julián Álvarez que es un nueve de área que puede jugar de media punta, de hacerte la banda y lo puede hacer todo. Es el que se adapta, el que rinde y le sirve a cualquier esquema. Contra Países Bajos, por ejemplo, terminó como un carrilero y sacrificó. Ahora,  en este partido frente al conjunto Croacia, con menos responsabilidades volvió a mostrar de lo que es capaz de hacer en ataque. Esta idea que tiene la Selección Argentina sirve y sigue dando pequeños pasos hacia la gloria. 

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