La jugadora que batió récords en Iowa y la estrella de UConn se interponen mutuamente en el camino de acercarse al título de la NCAA.

CLEVELAND — Antes del enfrentamiento del Final Four del viernes, antes de que ambas jugadoras llegaran a una semifinal nacional o ganaran el premio a la jugadora del año, Caitlin Clark y Paige Bueckers se enfrentaron por primera vez a nivel universitario en un juego que parece haber sido hace toda una vida.

Era marzo de 2021 y el torneo de la NCAA se jugó en una “burbuja”, el final de una temporada empañada por la pandemia de COVID-19. El torneo femenino aún no había ganado popularidad y ni siquiera podía usar la marca March Madness.

Bueckers y Clark eran recién estudiantes de primer año, pero ya eran dos de los nombres más importantes del deporte; la primera estaba en camino de convertirse en la jugadora nacional del año por consenso. Enfrentándose en un muy esperado juego de Sweet 16 frente a unos miles de fanáticos en el Alamodome, los UConn Huskies de Bueckers derrotaron al sembrado No. 5 de Clark, Iowa Hawkeyes, 92-72, aunque ninguno fue la máxima anotadora del juego.

“Honestamente, ese juego es muy borroso”, afirmó Clark el jueves. “Vi algunas imágenes antiguas de ese juego y ambas parecíamos muy, muy jóvenes”.

A partir de ahí, sus caminos se separaron. Bueckers estuvo fuera de juego la mayor parte de las últimas dos temporadas debido a una lesión, mientras que Clark llevó a Iowa a su primera Final Four en 30 años, arrasando con los premios a jugadora del año y emergiendo a la vanguardia de la reciente explosión del baloncesto universitario femenino.

Ahora, con ambas a dos victorias del título de la NCAA que se les ha escapado, sus carreras convergen por última vez en el escenario universitario. Cuando termine la temporada, Clark pasará a la WNBA mientras Bueckers regresa a Storrs para otra temporada. Y, aunque han enfatizado repetidamente que la semifinal nacional del viernes (9 p.m. ET, por ESPN Deportes) es Iowa vs. UConn y no un enfrentamiento individual, parece apropiado que las estrellas se reencuentren en este momento al que han ayudado a llegar para el baloncesto femenino, que está en la cúspide de un ascenso meteórico de la disciplina.

“(El deporte) necesita algunas estrellas”, afirmó el entrenador de UConn, Geno Auriemma. “Necesita gente que tenga la personalidad adecuada, el juego adecuado, y eso lo tenemos ahora”.

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BUECKERS Y CLARK son escoltas de 6 pies (1.82 m.) cuyos juegos son bastante distintos. Pero antes de seguir sus respectivos caminos hacia Iowa y UConn, sus caminos presentaron más paralelos que contrastes.

Ambos prospectos del Medio Oeste muy promocionados (Bueckers de Hopkins, Minnesota, Clark de West Des Moines, Iowa) jugaron en el mismo circuito de AAU y fueron clasificados en el puesto 1 y 4, respectivamente, en su clase por ESPN. Los dos también unieron fuerzas en los equipos juveniles de USA Basketball para ganar el oro en la Copa Mundial FIBA ​​U19 2019 y el Campeonato FIBA ​​Américas U16 2017.

Bueckers fue considerada la próxima gran estrella de UConn incluso antes de llegar a Storrs. Estuvo a la altura de las expectativas cuando se convirtió en la primera estudiante de primer año en ganar todos los premios a jugadora nacional del año para los que era elegible, y después de vencer a Iowa en San Antonio, llevó a los Huskies a las semifinales nacionales de 2021, donde fueron derrotados por Arizona.

El resto del viaje de Bueckers no ha salido según lo planeado. En su segundo año, estuvo limitada a 17 juegos por una lesión en la rodilla, pero regresó para la postemporada para impulsar a los Huskies al juego por el título nacional, donde perdieron ante Carolina del Sur. Más tarde, la angustia la golpeó cuando se rompió el ligamento cruzado anterior en agosto de 2022 y tuvo que perderse toda la temporada 2022-23.

La carrera de UConn hacia Cleveland es aún más especial para Bueckers después de haber estado fuera del juego durante tanto tiempo.

“(Llegar a la Final Four es) uno de los sentimientos más gratificantes que he sentido en mi vida”, resaltó Bueckers después de anotar 28 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias contra el primer cabeza de serie USC el lunes.

“Simplemente veo dónde estaba hace un año, hoy, haciendo entrenamientos individuales, comenzando a sentir el balón nuevamente, a tomar el balón en mis manos nuevamente y a jugar. Ahora estoy aquí con mis compañeros y cuerpo técnico y yendo al Final Four”.

Clark dijo que se había acercado a Bueckers antes de la temporada para desearle buena suerte y decirle que la apoyaba.

“He observado bastante a UConn”, dijo Clark, quien lidera la nación con 32.0 puntos por partido. “Son un equipo de baloncesto fundamental y realmente bueno. Es un equipo al que siempre quieres ver”.

Bueckers, ancla de un equipo de Huskies cargado de lesiones, ha superado su campaña de primer año, podría decirse, jugando fuera de posición como ala-pivote y afirmándose más como una defensora acérrima, todo mientras mantiene su eficiencia característica en toda la cancha. Y ha elevado su juego aún más en la postemporada, donde promedia 27.9 puntos, 8.7 rebotes, 4.7 asistencias, 3.1 robos y 2.6 bloqueos, en parte porque ha aprendido a darse gracia en medio de este difícil primer año después de una lesión.

“Al comienzo del torneo Big East, me dije a mí misma que juego mucho mejor cuando lo hago con alegría y sin pensar en las presiones que conlleva jugar en UConn, esperando ganar cada juego sin importar quién esté en la cancha”, agregó Bueckers el mes pasado antes del partido de segunda ronda del torneo de la NCAA de UConn.

“Así que volver a jugar con alegría, jugar con tanta energía y pasión que es contagioso y ni siquiera piensas en ‘¿Qué pasa si perdemos?’ o ‘¿Y si hacemos esto?’ o ‘¿Y si hacemos eso?'”.

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CLARK TOMÓ EL CENTRO del escenario en 2023. Después de llevar a Iowa al segundo Final Four del programa y la primera desde 1993, anotó 41 puntos cuando los Hawkeyes derrotaron a la invicta Carolina del Sur en las semifinales nacionales. Luego, el partido por el título Iowa-LSU en abril pasado atrajo a 9.9 millones de espectadores, lo que lo convirtió en ese momento en el partido de baloncesto universitario femenino más visto jamás registrado.

Clark ha seguido arrasando en el país esta temporada con su logo, triples y pases precisos. El 15 de febrero, rompió el récord de puntuación femenina de la NCAA de Kelsey Plum. Dos semanas después, superó el récord universitario femenino de Lynette Woodard (Woodard jugó en la AIAW, que precedió a la NCAA en la gestión de los deportes femeninos). El 3 de marzo, Clark eclipsó el récord de puntuación de la División I de Pete Maravich para hombres o mujeres.

Y en la victoria de Elite Eight de los Hawkeyes sobre LSU, Clark superó a Pearl Moore, quien ostentaba el récord de puntuación universitaria femenina, y alcanzó 540 triples, el récord femenino de la NCAA. Clark ahora tiene 3,900 puntos, junto con 1.132 asistencias. Con cada hito, ha reconocido las leyendas del pasado, pero también ha dicho que lo único que realmente importa es que Iowa gane.

Clark indicó que una derrota en su segunda temporada cambió la trayectoria de su carrera. El sembrado No. 2, Hawkeyes, cayó 64-62 en casa ante el sembrado No. 10, Creighton, una sorpresa que Clark tuvo que soportar durante meses.

“No creo que mi carrera evolucione como lo haría si no perdiéramos contra Creighton”, señaló Clark. “Ese fue probablemente el punto más bajo de mi carrera. Cada atleta ha tenido uno de esos momentos. Tuve que mirarme en el espejo, y nuestro equipo tuvo que mirarse en el espejo”.

Pero, dijo Clark, se ha hablado demasiado de que Auriemma no la reclutó, lo cual se detalló en una historia reciente de ESPN.

“Todo el mundo crece pensando que irá a UConn. Es la UConn. Todo el mundo quiere ser reclutado por Geno”, admitió Clark. “A través de mi proceso de reclutamiento… realicé muchas visitas. Rápidamente descubrí que quería estar cerca del estado de Iowa, por lo que eliminé a todos los demás en todo el país, excepto a los equipos del Medio Oeste. Lo más importante fue encontrar lo que amaba y lo que me haría exitoso. Creo que definitivamente tomé la decisión correcta.

“No sé si mi carrera seguirá como hasta ahora si no me quedo (en) Iowa. Cuando eres un niño del estado de Iowa, el estado probablemente se unirá a ti. Ese es un lugar donde puedo volver y estar orgulloso de ello”.

Ya han ayudado a elevar sus respectivos programas. Bueckers ha guiado a los Huskies al Final Four cada año que ha estado sana, mientras que Clark ha encabezado la racha de dos apariciones consecutivas de Iowa.

Pero mucho ha cambiado en la cancha desde que los dos se enfrentaron en 2021. Bueckers no pudo jugar en el enfrentamiento de los Huskies y Hawkeyes la temporada pasada, una victoria de UConn por siete puntos en el Phil Knight Legacy Invitational. Pero después de haber observado desde lejos, ha visto crecer el campo de tiro y la perspicacia para el baloncesto de Clark.

“Ella es sólo una competidora”, manifestó Bueckers sobre Clark. “Ella quiere ganar. Tiene intangibles del juego. Sabe jugar, tiene un gran coeficiente intelectual. Creo que lo más importante de ella es que compite y es simplemente una ganadora. Quiere ganar a toda costa”.

Clark ve las formas en que ella y los juegos de Bueckers son similares, pero también “muy diferentes”. Bueckers juega sin balón mientras que Clark tiende a tener el balón en sus manos.

“Su juego es tan fluido que es divertido verla”, remarcó Clark sobre Bueckers. “Se mueve sin esfuerzo, como si fuera algo muy natural. Además, trabaja muy duro en ello.

“Paige siempre ha sido una de las jugadoras más dominantes, eso nunca ha cambiado. Siempre ha podido enfrentarse a los mejores”. Dos de los mejores del juego universitario lo harán el viernes. “Ellos saben qué es qué”, dijo Auriemma. “Y Caitlin baja y hace un triple enorme, no crean que Paige va a pasar el siguiente y se lo pasará a alguien”.

Pero al final del día, el enfrentamiento individual, los elogios individuales y la atención no le importan a ninguno de los jugadores mientras buscan lograr el único objetivo que aún tienen que lograr: ganar un campeonato nacional.