La ola del tenis estadounidense arrasa en el Abierto de EEUU y Djokovic casi naufraga

Novak Djokovic vio cómo sus esperanzas en el Abierto de Estados Unidos casi se hundían a manos de un compatriota serbio, mientras que la defensora del título femenino, Iga Swiatek, navegaba hacia la cuarta ronda del último Grand Slam del año, en una jornada marcada por la victoria de tenistas estadounidenses en Flushing Meadows.

Contra las cuerdas y tambaleándose tras ceder los dos primeros sets de su partido ante su compatriota Laslo Djere, un tenaz Djokovic se levantó de la lona, como ha hecho tantas veces antes, para adjudicarse una victoria por 4-6 4-6 6-1 6-1 6-3.

Es la 38ª vez que Djokovic, de 36 años, gana un partido a cinco sets. Con la victoria, mantiene viva la carrera por su cuarta corona en el Abierto de Estados Unidos, que le permitiría igualar el récord de 24 Grand Slams de Margaret Court.

“Espero que hayan disfrutado del espectáculo, no fue tan agradable para mí, especialmente en los dos primeros sets”, dijo Djokovic al público. “Ha sido uno de los partidos más duros que he jugado aquí en muchos años”

Mientras que Djokovic necesitó casi cuatro horas para hacer el trabajo, Swiatek solo necesitó 49 minutos para pasar de ronda.

La polaca no tuvo piedad de su mejor amiga en el circuito, Kaja Juvan, y se impuso a la eslovena por 6-0 y 6-1.

Los estadounidenses Taylor Fritz, Frances Tiafoe, Tommy Paul y Ben Shelton se clasificaron sin problemas para octavos de final, lo que aumenta las esperanzas de ver al primer campeón masculino nacional en dos décadas.

Han pasado 78 Grand Slams desde que Andy Roddick ganó el Abierto de Estados Unidos en 2003, y cada vez hay más confianza en el talento actual para acabar con la sequía de campeones estadounidenses.

Fritz, noveno cabeza de serie, es considerado el principal aspirante estadounidense al título y se abrió paso hasta la cuarta ronda con una demolición —6-1 6-2 6-0— del joven checo de 18 años Jakub Mensik.

Tiafoe, que jugó un torneo electrizante el año pasado llegando a semifinales, volvió a entusiasmar al público local, avanzando con una victoria por 4-6 6-2 6-3 7-6(6) sobre el  veterano francés Adrian Mannarino.

Paul, decimocuarto cabeza de serie, superó un contratiempo en el tercer set para deshacerse del español Alejandro Davidovich Fokina por 6-1 6-0 3-6 6-3 y se enfrentará a su compatriota Shelton, de 20 años, que se impuso por 6-4 3-6 6-2 6-0 a Aslan Karatsev.

“Tremendo”, dijo Tiafoe, resumiendo los resultados de Estados Unidos hasta ahora. “Vamos a seguir haciéndolo.”

“Este es un grupo que tenía mucha capacidad. Siempre ha tenido mucho talento.”

“Es bueno ver a muchos jugadores jugando bien. Esperemos seguir haciéndolo.”

No fue un día tan productivo para las estadounidenses, ya que solo Coco Gauff siguió adelante, y la sexta cabeza de serie tuvo que emplearse a fondo para no acompañar a Jennifer Brady, Taylor Townsend y Bernarda Pera en la puerta de salida.

Gauff, que venía de ganar en Washington y Cincinnati, tuvo que emplearse a fondo para derrotar a la belga Elise Mertens por 3-6, 6-3 y 6-0.

Jessica Pegula, Madison Keys y Peyton Stearns disputarán la tercera ronda el sábado.

Caroline Wozniacki ganó la batalla de las reinas de la remontada en el Abierto de Estados Unidos, remontando para vencer a Brady 4-6 6-3 6-1.

Wozniacki y Brady han sido las grandes protagonistas de Flushing Meadows, y sus historias convergieron en una pista del estadio Arthur Ashe bañada por el sol, con la danesa de 33 años continuando su deslumbrante regreso y alcanzando los octavos de final.

Hace sólo unas semanas parecía improbable que la ex número uno del mundo Wozniacki, que volvía a jugar al tenis de competición tras un paréntesis de tres años para formar una familia, y Brady, estrella en ciernes y finalista del Abierto de Australia en 2021, pero apartada durante dos años por lesiones en la rodilla y el pie, se enfrentaran en un grande.

Pero dio la impresión de que Brady, de 28 años, con solo cuatro torneos en su regreso, y Wozniacki, que jugaba su tercero, nunca hubieran estado ausentes mientras deleitaban a los aficionados con un tenis de calidad que por momentos puso al público en pie.

(Frank Pingue en Toronto; Edición de Toby Davis y Miral Fahmy; editado en español por Tomás Cobos)

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